No quisiera morirme
sin haberte "vivido"...
Sin haberte tenido,
para así, ya sentirme
con el júbilo firme
de este mal redimido,
sepultado al olvido
que intentó malherirme.
Y tú y yo, en la batalla,
henchidos el corazón,
lucharemos día a día,
con esa firmeza y talla,
fruto de una gran pasión
que ya jamás moriría...
¡Nuestro amor!
Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
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