Lourdes era una niña dulce y sensible.
Quería mucho a sus papás. Vivía en un
bosque encantado... Y tenía un gatito al que
llamaba "Tilín". Era muy feliz, ya que amaba
la naturaleza, los pájaros, las flores y los
animalitos del bosque...
Su abuelita Josefa vivía no muy lejos
de casa de Lourdes, así que iba a verla
a menudo, y le llevaba una cestita repleta
de fresas.
Pero ocurrió que una linda mañana de
primavera, al levantarse, Lourdes buscó a
"Tilín" y no pudo encontrarlo. Y por más
que lo llamó "Tilín" no acudió... Y se puso
a llorar desconsoladamente, preguntándose
dónde podría estar su querido gatito.
Y salió rápidamente al bosque a ver si
lo veía escondido en algún lugar...
-"Tilín", "Tilín"... ¿Dónde estás?
Pero "Tilín" no decía ni miau.
Lourdes seguía llorando y buscando...
Y perdió el sentido del tiempo. Además no
llevaba reloj (no le gustaba ponérselo). Y
andando y andando se le hizo de noche.
Entonces sus tripas le avisaron de que no
había comido nada en todo el día. Pero le
daba igual, no tenía hambre. Su única
preocupación era la de buscar a su querido
gatito...
Estaba ya muy cansada. Le dolían las piernas... No tenía fuerza en los pies. Creía
que la tierra se hundía...
Pero no era una sugestión, era de verdad... De pronto la tierra se hundió y Lourdes cayó como una pesada piedra... Sus gritos no los pudo oir nadie... Cuando tocó fondo, comprobó que todo estaba totalmente oscuro y le entró pánico. ¿Qué haría ahora? ¿Cómo saldría de allí?. Pensó en sus papás y en su abuelita. Estarían todos muy preocupados. Seguro que habrían salido a buscarla.
Ese pensamiento la tranquilizó un poco
y se puso a rezar... Pero el gran cansancio
que tenía hizo que se quedase dormida
enseguida.
Al despertar, se encontró en un valle
cubierto completamente por un manto de brillante césped... ¿Qué era ese lugar?
No lo había visto nunca... ¿Se encontraba
muerta y no lo sabía?... ¿Era el Cielo?...
¿Y en el Cielo había césped?...
Lourdes se estaba haciendo todas esas preguntas, cuando de repente vió como se le acercaba un Ángel que llevaba en sus brazos a su querido gatito "Tilín".
No podía creerlo. "Tilín" estaba allí...
Y entonces el Ángel dijo con una voz
muy dulce: -Toma, mi querida Lourdes, aquí
tienes a tu gatito, sano y salvo. Lo encontré
casi ahogado en un río y pude salvarlo...
La niña cogió amorosamente a "Tilín"
y le dió un beso muy grande, al mismo
tiempo que le preguntaba al Ángel: -¿Cómo
me encontraste cuando me caí en el hoyo?
-Tú me llamaste -le contestó el Ángel.
-¡Pero si no te conozco de nada!
Y entonces, y con mucho amor, el Ángel
le contestó: -Te pusiste a rezar. Y tu voz se escuchó en el Cielo, y entonces Dios me envió en tu ayuda.
-¿Y cómo te llamas? -dijo Lourdes llena
de curiosidad.
-Soy tu "Ángel de la Guarda". Y ahora, en una nube rosa, te llevaré de vuelta a casa para que tus papás y tu abuelita puedan por fin estar tranquilos y abrazarte con mucho
amor...
Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
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