martes, 1 de noviembre de 2011

EL GRAN AMOR POR LOS ANIMALES...



       Lourdes era una niña dulce y sensible.
Quería mucho a sus papás. Vivía en un
bosque encantado... Y tenía un gatito al que
llamaba "Tilín". Era muy feliz, ya que amaba
la naturaleza, los pájaros, las flores y los
animalitos del bosque...


       Su abuelita Josefa vivía no muy lejos
de casa de Lourdes, así que iba a verla
a menudo, y le llevaba una cestita repleta
de fresas.

       Pero ocurrió que una linda mañana de
primavera, al levantarse, Lourdes buscó a
"Tilín" y no pudo encontrarlo. Y por más
que lo llamó "Tilín" no acudió... Y se puso
a llorar desconsoladamente, preguntándose
dónde podría estar su querido gatito.




       Y salió rápidamente al bosque a ver si
lo veía escondido en algún lugar...

       -"Tilín", "Tilín"... ¿Dónde estás?
       Pero "Tilín" no decía ni miau.

       Lourdes seguía llorando y buscando...
Y perdió el sentido del tiempo. Además no
llevaba reloj (no le gustaba ponérselo). Y
andando y andando se le hizo de noche.
Entonces sus tripas le avisaron de que no
había comido nada en todo el día. Pero le
daba igual, no tenía hambre. Su única
preocupación era la de buscar a su querido
gatito...




       Estaba ya muy cansada. Le dolían las piernas... No tenía fuerza en los pies. Creía
que la tierra se hundía...

       Pero no era una sugestión, era de verdad... De pronto la tierra se hundió y Lourdes cayó como una pesada piedra... Sus gritos no los pudo oir nadie... Cuando tocó fondo, comprobó que todo estaba totalmente oscuro y le entró pánico. ¿Qué haría ahora? ¿Cómo saldría de allí?. Pensó en sus papás y en su abuelita. Estarían todos muy preocupados. Seguro que habrían salido a buscarla.

       Ese pensamiento la tranquilizó un poco
y se puso a rezar... Pero el gran cansancio
que tenía hizo que se quedase dormida
enseguida.

       Al despertar, se encontró en un valle
cubierto completamente por un manto de brillante césped... ¿Qué era ese lugar?
No lo había visto nunca... ¿Se encontraba
muerta y no lo sabía?... ¿Era el Cielo?...
¿Y en el Cielo había césped?...

       Lourdes se estaba haciendo todas esas preguntas, cuando de repente vió como se le acercaba un Ángel que llevaba en sus brazos a su querido gatito "Tilín".
No podía creerlo. "Tilín" estaba allí...

       Y entonces el Ángel dijo con una voz
muy dulce: -Toma, mi querida Lourdes, aquí
tienes a tu gatito, sano y salvo. Lo encontré
casi ahogado en un río y pude salvarlo...


       
       La niña cogió amorosamente a "Tilín"
y le dió un beso muy grande, al mismo
tiempo que le preguntaba al Ángel: -¿Cómo
me encontraste cuando me caí en el hoyo?

       -Tú me llamaste -le contestó el Ángel.

       -¡Pero si no te conozco de nada!

       Y entonces, y con mucho amor, el Ángel
le contestó: -Te pusiste a rezar. Y tu voz se escuchó en el Cielo, y entonces Dios me envió en tu ayuda.
       
       -¿Y cómo te llamas? -dijo Lourdes llena
de curiosidad.

       -Soy tu "Ángel de la Guarda". Y ahora, en una nube rosa, te llevaré de vuelta a casa para que tus papás y tu abuelita puedan por fin estar tranquilos y abrazarte con mucho
amor...

Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
© Todos los derechos reservados.

lunes, 31 de octubre de 2011

DEJA QUE ÉL TE MUESTRE EL CAMINO...



...pero tú, pon interés.
Y haz todo cuanto esté
en tus manos
para que las cosas fluyan.

 No vayas "desesperadamente"
en busca de ellas.
Practica la paciencia.

No te precipites.
Permite que sean las cosas,
las que de forma natural
acudan a ti.

Y cuando esto suceda,
ábrete a ellas
sin ofrecer resistencia,
pues no vendrán
por casualidad, 
si no por "causalidad".

Vive y experimenta entonces
con intensidad
aquello que se te ofrece.

Deja que el Señor
te muestre el camino.
Deja que lo haga a su manera,
 sin prisas...
Pues sólo así,
podrás experimentar
y "crecer" plenamente.





En ocasiones,
te sucederá que no encontrarás
lógicas ciertas cosas.

Pero debes saber,
que las cosas del Cielo son
a veces difíciles de comprender
en la Tierra.
Ya que las cosas del Cielo
no se cuestionan...
¡Se aceptan!






Deja pues que el tiempo
haga sabiamente su trabajo
y vaya despejando incógnitas.
El tiempo siempre
pone las cosas en su sitio.


Ten paciencia y fe.
Y así lograrás descubrir
que el Amor Incondicional
es "la llave maestra"
con la que abrirás gozosamente
tu puerta de LUZ...





   Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
   © Todos los derechos reservados.

domingo, 30 de octubre de 2011

UTILIZA TUS "LLAVES DE SABIDURÍA"...




       En el plano material 
       en que nos encontramos 
       en la Tierra, 
       debemos utilizar
       siempre nuestras 
       "Llaves de Sabiduría"...


       La vida se halla 
       simbolizada como 
       una gran casa llena 
       de habitaciones distintas,
       muchas de las cuales                     permanecen abiertas 
       con la puerta entornada.


       Cada puerta significa 
       entrar a vivir una
       experiencia diferente. 
       Un proceso que formará 
       parte real 
       de nuestra existencia...
       Retos que 
       ineludiblemente 
       hay que pasar.


       Y cuando salgamos 
       de la habitación 
       que se corresponda 
       con la etapa 
       que hayamos vivido 
       y experimentado, 
       debemos entonces 
       cerrar decididamente 
       esa puerta con nuestra 
       "Llave de Sabiduría", 
       bajo la  firme resolución 
       de no volver a abrirla.






       La habitación, 
       seguirá lógicamente 
       formando parte 
       de la casa, 
       pero tendremos
       especial cuidado 
       en no volver 
       a entrar  en ella... 
       ¡Habremos pasado 
       la prueba!


       Aunque, si en un 
       determinado momento
       de debilidad emocional, 
       e inducidos  
       por los miedos, 
       tuviésemos la intención 
       de volver
       a "abrir el pasado",                         comprenderíamos 
       lo triste e inútil de 
       nuestra torpe decisión,
       fruto exclusivo 
       de nuestra mente.


       Es entonces cuando                       debemos cerrar
       convencidos la puerta 
       de nuestra mente,
       y abrir al mismo tiempo, 
       de par en par, 
       la puerta de nuestro                         aunténtico y maravilloso 
       "Ser Interior", 
       para conectar 
       directamente con 
       "El Ahora" real...


       De este modo                                   comprenderemos mejor
       que los errores 
       e infortunios de la vida,
       son precisamente 
       los que nos sirven para
       madurar y fortalecernos,                 haciéndonos
       "crecer" sabiamente.


       ¡No vivamos en el pasado!             Cerrémoslo
       con nuestras 
       "Llaves de Sabiduría".


       Vivamos intensamente 
       el presente...
       Es todo cuanto 
       realmente tenemos.



 

Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
© Todos los derechos reservados.