POR DESGRACIA, Y EN MÁS
DE UNA OCASIÓN,
HEMOS LUCIDO UNA CARA
QUE NO ES LA NUESTRA...
Nos hemos escondido.
Hemos "tapado" al auténtico yo.
A nuestra personalidad
(por miedo al qué dirán).
Y, en cierto modo, han sido
las circunstancias sociales
las que en muchísimas ocasiones
nos han obligado a ello.
¡Fuera miedos!
¿Dónde está nuestra esencia
como ser?
Dejémonos ya de hipocresías
y mostrémonos tal como somos,
sin engaños ni máscaras.
Seamos valientes.
Atrevámonos a decir las cosas
por su nombre, sin importarnos
si serán aceptadas o no.
Y al hacerlo, tendremos
la gran satisfacción
de ser nosotros mismos,
"mostrándonos" auténticamente
desde el interior...
Ya que precisamente
en el interior,
ni existen ni valen "las máscaras".
Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
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