A las mujeres,
es mejor amarlas,
mimarlas, respetarlas,
valorarlas...
Y hasta es aconsejable
obedecerles,
ya que son
más listas que el hombre
(no confundir con
"más listas
que el hambre").
¿O acaso no acaban
teniendo siempre
la razón?
Porque, además,
las cosas del Cielo
no se cuestionan,
se aceptan.
Y, admitámoslo:
Las mujeres...
¡SON UN CIELO!
Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
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