CONVIRTIÉNDOME
NUEVAMENTE EN NIÑO.
Aunque a decir verdad,
intento cada día
(y creo que lo consigo),
sacar a ese eterno niño
que llevo dentro.
Porque ser adulto,
teniendo la capacidad mental
de un adulto experimentado,
y a la vez pensar como un niño
lleno de amor e ilusiones,
es lo más maravilloso
que pueda existir.
Eso sí que de verdad transmite
empatía hacia los demás,
y contagia cosas muy positivas.
Ya lo dijo Jesús:
"Dejad que los niños
se acerquen a Mi,
porque de ellos es el
Reino de los Cielos"...
Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
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Valencia (España)
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