viernes, 13 de enero de 2012

PARA MANÍAS, LAS MÍAS...







Me llamo Adrián. Tengo 34 años.
Estoy soltero, y vivo acompañado
fielmente por mis manías y mi
querido perrito "Listillo".

Este informe lo redacto a petición
de mi psiquiatra, para que pueda
evaluar las fobias que me acechan...

Cada mañana me levanto a
las 7,7 minutos, con el despertador
orientado al Noreste (para que las
energías telúricas se compensen).

Me quito mi redecilla del pelo. Si no la llevara, mi cabeza  amanecería
con los cabellos como un tornado, 
todos revueltos... y yo, la verdad, 
soy bastante presumido.

A las 7,10 me lavo 3 veces los dientes.
La primera, para eliminar la
saliva nocturna. La segunda para que
no quede ningún intersticio con 
sedimento orgánico. Y la tercera,
para dar brillo y frescor...

Tomo el zumo de una naranja, un 
pomelo y un limón (sin azúcar).

7 minutos después, un gran tazón
de leche de almendras, con 7 galletas
integrales. Y mientras desayuno
escucho la emisora "Es.Radio", 
porque sé que a mucha gente le
revienta que lo haga. Además, Federico
Jiménez Losantos es capaz de darme
marcha para el resto del día.

Bajo a la calle a "Listillo" para que 
efectúe sus necesidades perrunas.
Sólo lo paseo por la izquierda, porque
todo el barrio es del PSOE y no quiero
 desentonar ni crearme enemigos.

Hago una breve parada en el kiosko
y compro EL PAÍS y EL MUNDO,
por aquello de los contrastes.
 (Ya que el primero es un periódico de izquierdas, y el segundo, de derechas).

Suelo leerlos en el autobús de forma
simultánea. EL PAÍS lo sujeto con la
izquierda, y EL MUNDO con la derecha,
para buscar el equilibrio de la noticia.




En la oficina tengo asignada la mesa 7
y el ordenador lo conecto a las 9 horas.
7 y 9 son 16. Y 1+6= 7 (mi número mágico)

A las 2 tomo el menú de 7 euros.

Nunca me hurgo la nariz en público.
En el despacho tenemos una sala con cabinas individuales donde uno puede hurgarse libremente la nariz sin 
molestar ni ser molestado.
Esta moda la trajeron mis jefes desde
Singapur el verano pasado. Y como
de todos es bien sabido, el moco puede
convertirse en energía renovable
(de hecho suele utilizarse para pegar
carteles en las campañas electorales).
Hay quien le pone un pegotito en
cada esquina. Yo prefiero ponerle 7
(1 en cada lado y 3 en el centro).

La cena la hago muy sencillita. Consiste
en una ensalada variada: 7 zanahorias,
7 tomates, 7 pepinos, 7 espárragos, 
7 aceitunas, 7 hojas de lechuga, 7 pasas,
7 nueces, 7 trocitos de manzana
y otros 7 de piña.
Acompañada de 1 yogourt bio, tomado
en 7 cucharadas (por cierto, que me
costó trabajo llegar a calcularlo exacto).
Y también 1 rebanada de pan integral, 
con mermelada de arándano rojo
(para que funcione bien la vejiga).

Y finalmente, a las 11,7 de la noche, 
y tras haberme lavado los dientes
3 veces, me abrocho los 7 botones del
pijama y me acuesto.
Durante la noche, suelo levantarme
7 veces para comprobar que el gas
está cerrado, los grifos están cerrados,
y que la puerta de la casa también
está cerrada con llave.




Jueves, 7,30 de la tarde. Vuelvo a 
la consulta de mi psiquiatra.
Y lo encuentro tomando
un pequeño refrigerio.

-Buenas tardes, doctor. ¿Le pillo
en mal momento?

-En absoluto. Ya he terminado. Es que 
con tanto trabajo, al mediodía no
me dió tiempo a comer... Y ahora, 
sólo estaba tomándome un poco de
leche de almendras con 7 galletas
integrales. Y lo hacía orientado al Noreste, por aquello de las
energías telúricas...


Autor:Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
© Todos los derechos reservados.






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