Lucero inmortal caído
en voz de estrellas cuajado.
Puro tormento alejado
convirtiéndose en olvido.
Son renuncias sin sentido
de un amor no sosegado,
impulsivo y maltrado...
¡Fuego que en ti yo he vivido!
Y esta luz que se presiente
entre lo sombrío y triste,
no me privará de verte.
Noche lúcida y silente,
que con su manto me viste,
acariciando la mente.
Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
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