jueves, 8 de marzo de 2012

ASÍ DE SENCILLO...



SI HAY AMOR, HAY COMPRENSIÓN...






SI HAY COMPRENSIÓN, HAY RESPETO...







SI HAY RESPETO, HAY CONVIVENCIA...







SI HAY CONVIVENCIA,
HAY FRATERNIDAD...







Y SI HAY FRATERNIDAD...
¡HAY AMOR!







CONSIDERO QUE ÉSTE ES EL CICLO
QUE MEJOR DEFINE
EL ESTADO PERFECTO DEL ALMA.










Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
© Todos los derechos reservados.

domingo, 4 de marzo de 2012

¿SABEMOS ACASO CUÁNDO VAMOS A MORIR?


 


NO, NO SABEMOS CUANDO
VAMOS A MORIR,
YA QUE DESCONOCEMOS NUESTRA
"FECHA DE CADUCIDAD"
(aunque sí estamos seguros de que
la tenemos ya asignada de antemano).


Nada más nacer, comenzamos a morir.
Cada día que pasa 
es un día más de vida, pero también 
un día que nos acerca un poco más 
a la muerte.


Y nacemos como lo hace
un producto de mercado: procuran
ponernos el más atractivo y
vistoso de los envases.
Disponemos también de un código
de barras (para así poder estar
controlados en todo momento).


 

Llevamos nuestra fecha 
de fabricación (nacimiento).
El nombre del fabricante
(nuestros padres).
El control de calidad
(ginecóloco o comadrona).
Lista de los ingredientes
(tipo de carácter y
coeficiente intelectual).
Lista de aditivos o conservantes
(cuidados médicos especiales).


Y al igual que un producto al abrirlo,
cuando salimos del vientre materno
y entramos en contacto con el aire
ya comenzamos a degradarnos, 
tal como sucede con un envase
de comida que lleve el aviso:
"Una vez abierto, consumir en el
plazo máximo de x días".


 

Pero vayamos a lo más importante...

¡NO SABEMOS NUESTRA
FECHA DE CADUCIDAD!

Y vivimos como si "el producto", 
al no llevar la caducidad impresa,
fuese a durar años y más años.

¡QUÉ GRAN EQUIVOCACIÓN!

Podemos caducar en cualquier
momento y circunstancia, 
y a cualquier edad: una enfermedad,
un desastre natural, un accidente,
una muerte natural, etc.
Y eso nadie lo puede prever,
ni muchas veces evitar.




Así pues, y visto lo visto...
¿Para qué vamos a preocuparnos
y angustiarnos tanto por las cosas?

¡VIVE LA VIDA!
NADIE PUEDE VIVIRLA POR TI.

¡Es tu vida y te pertenece al completo!

¡No te pierdas ningún día!...
Porque si llegas a los 80 - 90,
no vayas entonces a lamentarte:
-¡Dios mío, la de cosas que me
he perdido, y que podía
haberlas vivido sino hubiese
sido tan tonto o tan cobarde!




¡Hazlas pues ahora, quizás
mañana ya no puedas!

Mantén tu mente ocupada. Disfruta
"tu espacio personal". Besa y abraza.
Mira las nubes y el sol. Contempla
la luna y las estrellas. Ama.
Imprégnate con los colores del arcoiris.
Ríe con los amigos. Baila. Canta. Lee.
Viaja. Pasea. Abre tu corazón.
Escucha pacientemente a quien
te necesite. Cuida de la Naturaleza.
Disfruta de la familia...


 


El valor de las cosas no depende
del tiempo que duren, sino con 
la pasión e intensidad con que se viven.

No dejes nunca escapar esos
"pequeños" grandes momentos...
¡Son la sal de la vida!

Porque si deseas vivir una vida
"llena de magia", haz que tu mente 
dibuje siempre una actitud positiva
y adecuada a cada circunstancia.
De esta forma podrás darle
un valor más real a tu existencia.




Piensa que cada día
que no se está "bajo tierra"
es un gran día... 
¡Todo un regalo de Dios!

No guardes las cosas para 
una gran ocasión.
Haz que cada día del resto de tus días
sea esa gran ocasión...

¡VÍVETE! ¡SÉ FELIZ!



Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
© Todos los derechos reservados.