viernes, 20 de enero de 2012

PRISIONERA DE UN AMOR...







































¿Cárcel a tu corazón?
No lo tengas prisionero
de aquel amor traicionero
que te robó la ilusión.


No puedes vivirte así,
entre barrotes de llantos
que recuerdan los quebrantos
de aquel loco frenesí.


Él te dejó desolada.
Tú lo esperabas en vano.
Y él, altivo y muy ufano,
dió respuesta por callada.


¿Y sabes lo qué te digo?
Pues que te hizo un favor.
Pues al rechazar tu amor,
pasó de rey a mendigo.


Recobra la libertad
La vida aún no termina.
Respira, siente, camina...
¡¡¡ Busca tu felicidad !!!



  


Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
© Todos los derechos reservados.
 

miércoles, 18 de enero de 2012

LA UNIÓN... AÚN HACE “MÁS GRANDE” LA MÚSICA.






Al verlo y oírlo comprenderás
que, cuando somos capaces de
participar con entusiasmo
y entrega, miles de voces
pueden llegar a transformarse
en una sola voz de armonía...


Este pegadizo y alegre vídeo
lo podrían poner en la consulta
de los dentistas, y también en la cola
de los Ayuntamientos y Hacienda...

Todo se nos haría más llevadero,
haciendo bueno el refrán:
“A mal tiempo buena cara”.


Porque si no somos capaces de
tomarnos la vida con alegría...
¿Qué nos queda?

Así pues, a disfrutar todos con 
esta maravilla musical, que
a buen seguro despertará
tu corazón y moverá tus pies...

¡¡¡ SÉ FELIZ !!!



Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo



ESTO ES INCREÍBLE... PERO TOTALMENTE CIERTO.


Parece mentira 
que puedan existir estas cosas...


El mundo se lo reparten 
entre unos cuantos sinvergüenzas,
despreciando encima 
a los más necesitados...

Les roban y los machacan económicamente.


Mira, mira el vídeo. 
 Sabrás entonces lo que significa...

¡¡¡ DINERO Y PODER !!!






Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo

QUIERO, QUIERO, QUIERO...




Quiero ver un cielo azul celeste...

Quiero ver un mar verdeturquesa...

Quiero un beso tuyo, rojo y fresa...

Quiero que mis ojos puedan verte...


Decir no, a las negruras de la vida.
Enarbolar palabras luminosas.
Arrancar espinos de las rosas,
embriagando con perfume tu venida...


Provócame ya con tus miradas.
Derrite mi sensible corazón.
Vivamos con fuego esta pasión,
de almas totalmente enamordas...



Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
© Todos los derechos reservados.

martes, 17 de enero de 2012

VIVO EN TI...






¡OH! JESÚS, DULCE AMOR MÍO.

NOTO Y VIVO TU PRESENCIA.

Y CON ELLA, MI EXISTENCIA,

YA NO CONOCE EL VACÍO...





Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
© Todos los derechos reservados.

MARILUZ, ERES UN ÁNGEL LLENO DE AMOR CELESTIAL...




             

              Descolgué presuroso mis alas
del perchero.
Frente al espejo, me las ajusté
con gran alegría...
Estaba listo para acudir a nuestra cita.


Y abrí la ventana de mis sueños.
 Deslizándome suavemente en el espacio
fuí hacia unas hermosas nubes blancas.
En una de ellas, un pequeño cartel
me sirvió de guía: Mariluz,
Avenida de los Querubines, 7
Urbanización "Nubelandia Feliz".


Pude llegar puntual.
Me recibiste en tu cuidado jardín
de estrellitas silvestres, regalándome
la mejor de tus sonrisas.


Estabas radiante, luminosa e
increiblemente bella, envuelta en
vaporosos tules de suaves colores,
a juego con tus plateadas alas.




Nos fuimos volando hacia un nuevo
espacio de "Salsa Sideral", que habían
inaugurado en la nube 303.
Y bailamos amorosamente abrazados
entre melodías, fundidos
nuestros cuerpos en armoniosa luz...


Ya de madrugada te acompañé a tu nube.
Nos despedimos con un beso apasionado
y regresé nuevamente a la Tierra.
Estaba inmensamente feliz por haber
podido pasar esa noche contigo.






NOTA: Estos "viajes" los vengo haciendo
desde hace casi 7 años.
Mariluz falleció de un cáncer de pecho,
el 10 de mayo de 2005.
Y en los últimos momentos de su vida
le prometí que jamás la abandonaría,
y que iría a verla
allá donde se encontrase.
Y lo vengo cumpliendo amorosamente,
ya que ella supo "tocar" en vida
mi sensible corazón de poeta...






Y me gustaría ser 
el orfebre del Cielo,
para hacerle un collar de estrellas
con mis sentimientos...


Se me olvidaba deciros algo importante.
Mariluz me regaló las alas 
en las Navidades del 2005.
Las envió a mi domicilio en un
hermoso paquete azul.

 
Llamarón a la puerta. Abrí.
Ví a un señor todo vestido de
un blanco luminoso. 
Me sonrió y entregó 
el paquete diciéndome:
-Dentro encontrará las instrucciones
de montaje...




Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
© Todos los derechos reservados.

lunes, 16 de enero de 2012

AMAR... ¡ES SENTIRSE VIVO!









                     
Hace tanto tiempo
que no oigo el trino de los pájaros...


Hace tanto tiempo
que los pétalos de mi jardín
permanecen dormidos...


Hace tanto tiempo
que no veo dibujarse
un arcoiris en el cielo...


Hace tanto y tanto tiempo
que vivo prisionero
de tus recuerdos...


Que por no saber de ti,
llora mi corazón lágrimas de olvido.





Para mi, amar es sentirme vivo.
Alcanzar el éxtasis divino
de un beso apasionado...

Acariciar tu piel
hecha de nubes de seda...

Descubrir la complicidad de esa mirada
llena de provocadora ternura...

Fundirme en un cálido abrazo
de sensaciones inconfesables...

Entrelazar mis manos con tus manos,
y caminar plácidamente
dejando nuestras huellas
sobre la arena húmeda,
en un atardecer sublime
reflejado sobre las plateadas olas
de un mar hecho con guirnaldas
de luminosa espuma...


Y ante todo, saber que existo...
¡PORQUE TE AMO!




Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
© Todos los derechos reservados.

S O M B R A






La silente sombra
que agazapada acecha
un descuido del alma
para robar su aliento...

Sombra que nombra y renombra
lo sin nombre, lo oscuro, lo incierto...


Porque acaso,
en el ocaso de mi existencia,
estallen con estrépito demoledor
los crepúsculos plateados
de las incontroladas miserias
de este cuerpo inerte y ruin.


De nada sirve que la noche,
irreverente y hosca,
me cubra con su equívoco
manto de fugaces estrellas.


La lira y la vestal dejaron de tener eco
y presencia en mi bosque petrificado
de sempiternos desvaríos.
Y cuando la corteza del árbol
segregue sin pudor
la agridulce resina de la desesperación,
podré percatarme de tu engaño
y talar la hierba que bajo mis pies crece.


Entonces afrontaré el destino
que me depara 
la silente sombra que me acecha.



Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
© Todos los derechos reservados.

domingo, 15 de enero de 2012

DOS CORAZONES...




Un hombre acude a la consulta
del médico, el cual le dice que tiene
dos corazones...

-¡Imposible! ¿Cómo voy a tener 
dos corazones).

Pero el galeno le contesta
en tono conciliador:
-Piénselo detenidamente. Ahora
márchese a su casa y vuelva dentro de
una semana y hablaremos del tema.
No muy convencido, pero sin otra
alternativa, el paciente le toma la
palabra al doctor y desaparece.

Esa noche, las dudas no le dejan
conciliar el sueño. ¿Qué habrá querido
decir el médico realmente?
¿Por qué no quiso enseñarle las placas
en la consulta? ¿Tendría algo malo?

Un estado de sopor se apodera de él.
Los recuerdos fluyen a su mente a modo
de caleidoscopio...
El pensamiento le transporta 15 años
atrás, cuando vivía en Túnez con Soraya,
su mujer. Y una terrorífica visión 
le hace revivir aquel amargo momento.
El momento en que él y Soraya
se precipitaron por el acantilado
al fallarle los frenos a su viejo Citroën.





Como buen nadador no tuvo mayores
dificultades en salir del vehículo. Sin embargo, le resultó imposible salvar a su mujer. Cuando finalmente logró
rescatarla, abrazó un cuerpo ya sin vida.

Desde entonces siente el corazón de 
Soraya latir junto al suyo. Nunca quiso
renunciar a esa sensación. Y ahora comprende ese vigor y energía "extra"...
Es la fuerza de Soraya, cuyo corazón
se ha convertido en el "inquilino"
de su corazón.




Y llegado el día de su nueva cita con el médico, acudió puntual para comentarle
lo que había estado pensando...

-Pase, le estaba esperando. ¿Ya
comprende lo que quise decirle
cuando le hablé de sus dos corazones?


-Sí, doctor. Y creo que no debo de ser
el único con estas características.
Lo que sucede es que no todos tenemos
la gran suerte de encontrar a una
persona tan entendida y humana
como lo es usted, capaz
de descubrir certeramente las
emociones reales de sus pacientes.

-Me satisface que lo vea usted así.

-Gracias, doctor. Adiós. Buenas tardes.

-Adiós, vaya usted con Dios.



Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
© Todos los derechos reservados.