miércoles, 17 de agosto de 2011

(5) LOS CALCETINES FLUORESCENTES


EL OVNI


Era una calurosa noche de verano. Me acerqué
a la ventana de mi habitación. La abrí por
completo y miré las estrellas mientras me preguntaba qué tal luciría en el cielo uno de mis CALCETINES FLUORESCENTES.
Sería divertido ver la cara que pondría la Luna
al verlo a su lado, compitiendo en brillo...

¡Dicho y hecho! Metí una bolsa de plástico dentro de mi Calcetín Verde Fluorescente. Luego la llené de gas con la carga que utiliza mi madre para hacer el sifón. Lo até todo muy bien y le puse un hilo de "nylon" bastante largo, de esos que papá utiliza en la caña de pescar.

Y con toda la fuerza que pude, lancé rápido mi Calcetín Fluorescente a las estrellas...
Subió como una flecha. En unos momentos ya
era compañero de la Luna.
Qué sensación tan maravillosa, verlo brillar en el cielo de la noche.


  

Pero pasado un rato, empezaron a oirse varias
sirenas de coches de policía. Me levanté de
la cama. Me asomé a la ventana y miré la calle.
Toda la gente (y había muchísima), estaban
mirando al cielo... Luego llegaron los de la tele.
¿Qué es lo que estaba pasando para que se
armase tanto jaleo en la calle?
Para mi, el cielo estaba como todas las noches... Bueno, como todas las noches no estaba. Tenía mi Calcetín Fluorescente junto
a la Luna... ¿Estarían mirando mi Calcetín?
No lo creo. Menuda tontería sería eso.


Me estaba entrando mucho sueño. Cerré bien 
la ventana para no oir a los de la calle, y me 
volví a la cama, olvidándome de recoger mi Calcetín Fluorescente.


Tuve una pesadilla. Soñe que un avión volaba muy alto y que una de sus alas rompía el hilo que sujetaba mi Calcetín Fluorescente.
Me desperté sobresaltado. Eran las 5 de la
madrugada. Fuí corriendo hacia la ventana y
la abrí para ver si mi Calcetin seguía junto a
la Luna.


Respiré con alivio. Todavía estaba alli, al lado de la Luna. Pero quise quedarme más tranquilo y lo recogí. Si perdía el gas se caería y me
quedaría sin él para siempre.


Saqué el gas del Calcetín. De nuevo volví a la cama. Todavía podría dormir un par de horas.


Al día siguiente, en el cole, todos hablaban de
lo mismo... ¡El Ovni!... Y mis amigos enseguida
me dijeron: -¿Aún no te has enterado Quique?.
Anoche había un Ovni verde brillando en el cielo. Hoy, hasta ha salido la foto en la prensa.
Y también dicen que saldrá la noticia en el telediario de la tarde.

Ahora lo comprendí todo. ¡El Ovni que vieron
era mi CALCETÍN FLUORESCENTE!...
Pero no podía contarles la verdad, después del gran jaleo que se había armado en la calle la noche anterior. Si lo contaba, eran capaces de meterme en la cárcel.
Así que me guardé mi secreto y les dije a todos
mis compañeros del cole: -Es muy posible que
ese Ovni vuelva a verse cualquier otra noche,
y que quizás su luz sea de color rojo... Ya sabeis que los seres de otros planetas cambian el color de sus naves cuando les da la gana...


DIBUJO: ANTONIO JESÚS


Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
© Todos los derechos reservados.

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