domingo, 31 de julio de 2011

SUEÑOS DE AMOR Y DE ESPERANZA



        Envolviendo caricias, las mieles del alma siembran
destinos gloriosos. Un renovado horizonte me habla de la
Tierra Prometida. La brisa, etérea, discurre suavemente 
enlazada con emociones sagradas. El amor se expresa en
cánticos de alegría. Y el tiempo, huérfano de si mismo,
extiende sus brillantes alas, acuchillando recuerdos en la cerrada noche.

        Hay momentos en que las estrellas suspiran, derramando
lágrimas de plata. Y esferas de oro y violeta, convertidas en
iridiscentes anillos de luz, giran en el firmamento buscando
respuestas a mi existencia...





        Y apareces TÚ, como la revelación esperada. La huella
visible de la emoción atraviesa mi estado de consciencia.
La grandiosidad del universo se proyecta en TI. Y el futuro,
en un claro mensaje de paz, desea afianzarse en el planeta,
impregnándolo de TU inconmensurable fuerza y verdad.

        Ya se vislumbra el despertar de una Nueva Primavera.
La poderosa verdad de Tu mirada, y el inmenso amor que me transmite, se convierten en maravillosas vivencias que me
hacen comprender la absoluta razón de lo DIVINO.

        Un canto  de añoranza emerge desde lo más profundo
de mi corazón, dejando sobre la arena de la playa, entre las
olas, la huella viva de nuestro compromiso...




        Tras la ventana abierta del horizonte infinito de mis 
sueños, tus alas de amor me transportan hasta un cielo
glorioso, fundiéndose en un todo, con el incandescente fuego
del sol...

        La montaña de mi existencia, recostada serenamente
sobre el horizonte, acoge con placidez el abrazo de una nube
carmesí posada amorosamente a mis pies.
  
        Los colores del crepúsculo, tenues y sensitivos, entonan
cromatismos de atardecer sublime. Y el oro, indolente y
majestuoso, corre agazapado tras el cielo recortando una
silueta mágica. Al mismo tiempo, ensimismado, contemplo cómo brilla sobre la tierra de hoy, la humedad serena de la 
lluvia pretérita...

        Porque, más allá de mis deseos y de mis plegarias, existe
la realidad sublime y perenne del auténtico sentido de la
fraternidad... La hermosa "entrega" que todo lo convierte en
Verdad Eterna.





        ¡Estoy convencido! ¡Lucho por ello! Algún día me
transformaré en estrella errante... Iré lejos de cualquier ruta
fijada por el hombre. ¡Sin ataduras! ¡Sin apegos!
Recorreré caminos infinitos de luz. Descubriré cielos de 
perdón y santuarios de ternura.

        Y luego, con el espíritu totalmente renovado, pisaré de
nuevo la tierra. Comeré de sus flores y beberé de su luz...
Mis pasos, firmes y seguros, marcarán la huella inconfundible
del amor desprendido y sublime. Del amor auténtico. El amor más limpio y puro que existe... ¡EL TUYO!



         Y abrazado plenamente a TI, desterraré mis miedos y mis
soledades. Ya nunca miraré hacia un horizonte sin sentido.
Habrá cesado por fin mi larga búsqueda. Te tendré a TI, sólo a TI, SEÑOR... ¡Por siempre! ¡Eternamente!... para poder
compartirte con todos los seres que amo.



        Autor: Antonio Jesús Ballesteros Izquierdo
        © Todos los derechos reservados.

4 comentarios:

  1. Este poema esta hermoso, que manera tan especial de describir ese sentimiento, grandioso, el amor que demuestra este poema, me encanta, así se simple

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  2. La desesperanza del ser queda borrada por la certeza de que algun dia ese AMOR sublime que el Maestro nos muestra en cada amanecer sea carne en nuestra vida y ahi, solo ahi encontraremos la verdadera razon de nuestro existir.Lindas palabras para describir uno de los enigmas mas grandes de la vida amigo, FELICITACIONES.

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